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Ode to the cacerola combativa
“Me tienen miedo será,
me tienen miedo será.”
-Cacerola Girl
Kitchens mourn your betrayal,
passersby fold over their ears.
You came to us south-born,
much like the winds, clanging
your call over mountain ranges
to fire, to frontline, to freedom.
You were combative way before
you took to devouring streets.
Feeding peoples off the scrape
of your metal, the burnt flakes
of urgent ladle and boil. From rooftops
and twenty-story buildings, innermost
wild grasses and tarped homes,
you drowned out the evening
sirens and warfare press conferences.
The dents we dealt you bruised
to music, turned steelpan,
we played you to arm’s knot
and detriment. You—chosen instrument
of insurrection. Riot police marched
on cobbled streets, and you
rang in the realization,
nos tienen miedo será,
nos tienen miedo será...
And so we shed our own fear.
Tear gas hurt nothing like the tear
we drummed through days
of militancy against the boys club
behind barricades, inside
the governor’s mansion.
Your cuts peeled back, scorched
leaves. Aluminum—baby ferns
unfurling to early sun.
You—so glorious
against the flames piled up
along streets and storefronts,
throbbing in our hands as we weighed
your transformation into weapon.
Fierísima cacerola, let your mangled
face be remembered as we fight off
the tug to return to this violent
place we call normalcy.
Thrum through our bodied lull,
play us—insistent and enraged.
Oda a la cacerola combativa
“Me tienen miedo será,
me tienen miedo será.”
-Cacerola Girl
Cocinas lloran tu traición,
transeúntes doblegan sus oídos.
Nos llegaste del sur
como los vientos,
por cordilleras sonando
tu llamado a la lumbre,
a la línea, a la libertá.
Fuiste combativa mucho antes
de comerte la calle.
Alimentando a pueblos
del raspado de tu metal,
hojuelas quemadas por la urgencia
del cucharón, el hervor.
Desde techos y edificios
de veinte pisos, la más recóndita
maleza y hogares con toldos,
ahogaste las sirenas y conferencias
de prensa diurnas declarándonos la guerra.
Las hendiduras que te azotamos
magullaron a música, tornada
tambor de acero, te tocamos
al nudo y detrimento del brazo.
Tú—instrumento elegido
de la insurrección.
La fuerza de choque
marchaba por calles
adoquinadas, y tú
sonaste la revelación,
nos tienen miedo será
nos tienen miedo será...
Así que arrojamos el nuestro.
Gases lacrimógenos nunca dolieron
como el rasgón que tamborileamos
por días de militancia
contra el boys club
tras barricadas, dentro
la Fortaleza. Tus cortadas se enroscaron,
hojas chamuscadas. Aluminio—helechos
pequeños abriéndose a sol
de madrugada. Tú—tan gloriosa
ante las llamas amontonadas
a lo largo de calles y tiendas,
palpitando en nuestras manos
mientras ponderábamos
tu transformación a arma.
Fierísima cacerola, que tu cara
mutilada sea recordada
mientras luchamos contra el tirón
a retornar a ese lugar violento
que llamamos la normalidad.
Irrumpe en nuestrxs cuerpxs hechxs
tregua, tócanos—insistente y enrabiada.
In the fissures of crisis
we live
brewing coffee with the soil from the old flower pot
threatening the guanábana tree, the beanstalk, with our gaze
taking our children to a school of eyes sewn shut with golden thread
we live
from paycheck to paycheck
from borrowed embrace to borrowed embrace
fearing this borrowing and lending—
that it’ll prove us debtors
of this raft whistling itself empty
postponing tomorrow like the clothes
you unhung but have yet to iron, fold
like the post-it note with all the bills you have to pay,
waiting for the kind of breeze that’ll rob even your bulbs of their light
and in these fissures
if pensions aren’t dealt a blow, it’s dealt to pensioners
if university studies aren’t dealt a blow, it’s dealt to students
if a resident of Puerta de Tierra isn’t dealt a blow, it’s dealt to a dominican immigrant
but we live
without remedy
without patch and plaster
oftentimes without escape
like ants on a broken sidewalk, marching,
escaping the stomps of those doing the breaking
and even though many are uncomfortable with the thought,
in the fissures of crisis there is joy,
for without it,
there is death
and sometimes we die by the hand of a husband
and sometimes we die by the hand of the state
and sometimes we die by our own hand
he was jealous
your health insurance didn’t cover it
the boat didn’t set sail towards the main island
your endurance collapsed under the light post
that still gashes through your home
sometimes the fissure is the Atlantic (and oh, all this fissure has swallowed)
sometimes we carry the fissure in our ribs—from so much leaving, to not return
sometimes we carry the fissure beneath our ribs—from watching the leaving, seeing no return
sometimes it cuts like a finger does the sea, cuts but doesn’t mend
this is why in the fissures of crisis
we love in loseta (not close together, the way boleros
were danced before, although we love in this way too—
all tight, squished up, atop each other,
because the space is so small, and our desire so big),
but rather, we’re fragmented in our love,
we love in pieces, with the fractures
of our daily comings and goings, our tired history,
but tiling the coastlines in this mosaic—
cradling, protecting the entire archipelago
this is how we love
this is how we fight
with rain water up to our knees
almost river, always imagining
a new way
out to sea
from these selfsame fissures of crisis
so very suffered
but so very ours
En las grietas de la crisis
se vive
colando café hasta de la tierra del tiesto viejo
amenazando con la mirada al palo de guanábana, la mata de habichuelas
llevando a lxs hijxs a aquella escuela que le cosen los ojos con hilo dorado
se vive
de cheque en cheque
de abrazo prestado en abrazo prestado
temiendo el prestar y tomar—
que nos pruebe deudorxs
de esta balsa silbándose vacía
posponiendo el mañana como la ropa
que descolgaste pero aún no has planchado, doblado
como notita adhesiva con todos los biles que tienes que pagar,
esperando que corra una brisa de esas que se tumba hasta la luz de bombilla
y en estas grietas
si no le dan palo a las pensiones, se lo dan al pensionado
si no se lo dan a los estudios, se lo dan al estudiante
si no se lo dan al de Puerta de Tierra, se lo dan al dominicano
pero vivimos
sin remedio
sin empañetado
a menudo sin salida
como hormigas de acera rota, marchando,
evadiendo el pisotón de quienes rompen
y aunque a muchxs les incomode,
en las grietas de la crisis se goza,
porque si no,
se muere
y a veces se muere por la mano del marido
y a veces se muere por la mano del estado
y a veces se muere por mano propia
te celaba
el seguro no lo cubría
la lancha no zarpaba a la isla grande
tu aguante se quebrantó bajo el poste de luz que aún atraviesa tu casa
a veces la grieta es el Atlántico (y cómo ha tragado esa grieta)
a veces la grieta la llevamos en las costillas—de tanto irse, y no regresar
a veces la grieta la llevamos debajo de las costillas—de ver irse, y no ver regresar
a veces parte como dedo a la mar, parte pero no remienda
por eso en las grietas de la crisis
amamos en loseta (no pegaitxs, como se bailaban
antes los boleros, aunque así amamos también—
pegaitxs, espachurraxs, encimaxs,
porque el espacio es pequeño y las ganas tan grandes),
si no que amamos fragmentadxs,
en pedacitos, con las fracturas
del diario vaivén, de nuestra cansada historia,
pero embaldosando litorales de azulejos—
acunando, protegiendo todo el archipiélago
así amamos
así luchamos
con el agua de lluvia hasta las rodillas
casi hechxs río, imaginando siempre
ruta nueva
hacia la mar
desde estas mismísimas grietas de la crisis
tan sufridas
pero tan nuestras
A cada lechón le llega su renuncia
Every Western revolution began
with a beheading, a comrade recalls.
The drums perched at the barricades
in front of the governor’s mansion
beat for nothing less. A roasted pig’s
head is passed along the wild grass
of people’s outstretched arms, hands—unwavering
in their demand. Wrapped around the open snout,
a white ribbon, bold black letters.
A cada lechón le llega su renuncia.
The rest of the pig’s body
is slowly severed to its parts
at a wooden table,
right off the raging halo.
The machete plummets
into meat, nicks the tree
that martyred itself for this moment.
Brittled skin flies on impact, grease drips
down furious fingers, table’s ends.
The drums pick up the pace
of their pounding. The crowd convulses
as the swine face travels over their heads—
we all want a taste
of fresh cleave.
A cada lechón le llega su renuncia
Toda revolución Occidental comenzó
con una decapitación, un compa recuerda.
Los tambores posados
en las barricadas, frente
a la Fortaleza, retumban
por nada menos.
La cabeza de un lechón
es pasada por el pasto salvaje
de los brazos extendidos,
las manos, del pueblo—firmes
en su denuncia. Envuelta
alrededor del hocico abierto,
una cinta blanca—palabras negras, robustas.
A cada lechón le llega su renuncia.
El resto del cuerpo del lechón
es amputado lentamente
en una mesa de madera,
a las afueras del halo rabioso.
El machete cae de clavado
en la carne, hiende el árbol
que se martirizó para este momento.
Cuero quebradizo vuela al impacto,
grasa escurre por dedos
furiosos, extremos de la mesa.
Los tambores aceleran el golpe.
La multitud convulsa
mientras la cara del cerdo viaja
por encima de sus cabezas—
todxs queremos probar
de la guillotinada fresca.
Other essays from this forum include:
Making Space for Decolonial Futures: An Editors’ Introduction, Joaquín Villanueva and Marisol LeBrón
“Esta ‘democracia’ no la entendemos”: On Exercising Democracy in the World’s Oldest Colony, Mónica A. Jiménez
La Calle Fortaleza in Puerto Rico’s Primavera de Verano, Aurora Santiago-Ortiz and Jorell Meléndez-Badillo
“One of the most corrupt places on earth:” Colonialism, (Anti)Corruption, and the Puerto Rican Summer of 2019, José Atiles
Summer 2019: The Great Racialized Puerto Rican Family Protesting in the Street Fearlessly, Bárbara I. Abadía-Rexach (a version of this article is also provided in Spanish)
Black Feminist Tactics: On La Colectiva Feminista en Construcción’s Politics without Guarantees, Rocío Zambrana
Puerto Rico’s Coal-Ash Material Publics and the Summer 2019 Boricua Uprising, Hilda Lloréns
Environmental justice movements in Puerto Rico: Life-and-death struggles and decolonizing horizons, Gustavo García-López
The Public Reckoning: Anti-debt Futures After #RickyRenuncia, Sarah Molinari
Puerto Rican Freedom Dreaming: Solidarity and the Radical Protest Tradition, Sara Awartani
Aguadilla, Decoloniality, and the Summer of ‘19, Pedro Lebrón Ortiz
Ana Portnoy Brimmer is a Puerto Rican poet and performer, writer and ARTivist. She holds a BA and an MA in English (Literature) from the University of Puerto Rico, and is currently an MFA candidate in Creative Writing (Poetry) at Rutgers University-Newark. Her chapbook manuscript, To Love An Island, is the winner of YesYes Book's 2019 Vinyl 45 Chapbook Contest, forthcoming in March 2020. Her work has been published or is forthcoming in Winter Tangerine, Gulf Coast, Foundry Journal, Sx Salon, Huizache, Anomaly, Aftershocks of Disaster: Puerto Rico Before and After the Storm, Centro Journal, among others.